Soy David Raboso y aquí va algo sobre sobre mí y lo que me motiva a escribir. Soy tecnólogo y padre de dos jóvenes increíbles que aman a Dios y a los demás de una manera que me hace parecer bastante malo en comparación. Estoy casado con una mujer encantadora que puede organizar el mundo y aún así tener tiempo para pasar horas frente a Dios. Estudié en una renombrada escuela bíblica evangélica, pero he tenido que volver a estudiar casi todo lo que aprendí para asegurarme de que puedo separar las mentiras de la verdad. ¿Desea conectarse? david@godbeyond.com Monty Python sabiamente dijo, «nadie espera la Inquisición española». Lo sé bien. Tenían toda la razón. Sé que ni mi mujer, ni yo no la esperábamos y, sin embargo, el misionero a largo plazo que invitamos a plantar una iglesia con nosotros, demostró nuestra estupidez. Mis profesores de Moody tampoco me habían advertido que era una posibilidad. La iglesia que me vio crecer solo fue capaz de ofrecer una demostración más de esta realidad pero, de nuevo, ninguna advertencia. No obstante esas son solamente excusas. No esperábamos ese tipo de oposición y mucho menos dentro del Cuerpo de Cristo, porque no creímos lo suficiente a Jesús ni a Pablo, Pedro o Judas… Entonces, cuando un misionero y profesor de seminario con más de 30 años en el país y amado por todos, compañero ministerial, te pregunta a ti y a su mujer en conversaciones separadas, con dos días de diferencia, si tienes un buen seguro de vida, no hay manera de entender lo que está pasando realmente. Pero está claro que ya habían habido demasiadas preguntas a las supuestas escuelas cristianas donde se suponía había estudiado y había quedado claro que no negociaríamos con sus dudas sobre cuántos dioses había, realmente, o sobre sus iconos en la cartera o su enseñanza panteísta ahora ya pública y notoria para todos. Su presión por enseñar jesuitismo y misticismo a nuestra incipiente congregación y el trabajo duro de investigación (ahora entiendo dirigido por el Espíritu Santo) fue lo único que hizo que se despertara nuestra curiosidad y que acabara su trabajo público en este país. Sin embargo, esto es culpa nuestra, no de Yah. Ni de las Escrituras. Ni de Jesús. Nuestra culpa únicamente. Ahora estoy convencido de que hay otra realidad mucho más grande que gente como él se esfuerza en conseguir que no esperemos en nuestras iglesias ni en ningún lugar. No esperamos ni el terrible Día del Señor que vez tras vez Él prometió devastaría «todas» nuestras ciudades, ni la llegada del Reino de Dios, ni la esperanza de la eternidad futura y su santa ciudad que descenderá y en la que habitará Él mismo con nosotros por siempre. Esperamos buenos servicios dominicales, esperamos que nuestros miembros den dinero para mantener las infraestructuras que construimos o alquilamos, esperamos que traigan a la gente a eventos especiales para que puedan escuchar al predicador y esperar que no se equivoque demasiado ese día para poder mantener el factor de vergüenza más bajo posible. Estamos emocionados esperando que Egipto nos salve. Bill Bright (Campus Crusade/Agape), Cunningham (Youth with a Mission/JCUM) y Francis Schaeffer (el filósofo padre del conservadurismo evangélico del s. XX) recibieron hace años una terriblemente herética «visión de Dios» para hacer que la Iglesia se hiciera cargo de la política, la educación, los negocios, las artes … todo ello para preparar el camino para que Jesús pudiera encontrar el trabajo hecho en la Tierra y pudiera considerar regresar. Nos dieron la gran comisión de las 7 esferas. Supongo que entonces alguien se dio cuenta de que Google no era amigo de los cristianos que buscaban el significado de «las siete esferas» y decidieron cambiarlo por «siete colinas» sabiendo muy bien que los cristianos tampoco buscarían esa expresión en sus Biblias porque es que “realmente ya no vale la pena estudiar escatología» como sugiere Rick Warren (“America’s Pastor” y discípulo de Robert H. Schuller, discípulo del “pastor” ocultista de Donald Trump, Norman Vincent Peale). Estas grandes luminarias evangélicas también hicieron un fantástico trabajo de ocultar, hasta hace bien poco, que ellos eran los promotores reales a la sombra de esta agenda y no los locos de la risa de Toronto y sus amigos de la Nueva Reforma Apostólica. Nos emociona que Satanás esté derribando su propio andamio de pedófilos y psicópatas para que aprendamos a amar su utópica pesadilla trastornada. Su propio «reino de dios», como dijo su sirviente Elena P. Blavatsky, su Nuevo Orden después que el malvado «poli malo» del Nuevo Orden Mundial sea implosionado y todos estemos exhaustos, y sea la propia Iglesia la que traiga el reino de Lucifer, como dijo su seguidora Alice Bailey… Hace mucho tiempo, unos 17 siglos, que decidimos que era mejor no esperar que los Hijos de Dios pudieran sanar a los enfermos y echasen fuera demonios en el Nombre de Jesús como parte normal y esperada de cualquier discípulo de Jesús. Solo de vez en cuando aparecía un Wesley y volcaba ese carrito de manzanas, pero nuestras instituciones rápidamente lograron ocultar sus notas personales de la vista de la mayoría, incluso de los estudiantes del propio seminario que lleva su nombre. Lo mismo hicieron con los encuentros con el Espíritu Santo de personas como Moody o el Dr. Martyn Lloyd-Jones. Celebramos sus números, construimos nuevas instituciones a su alrededor, pero ignoramos y encubrimos la Fuente de su poder. Se convierten en «grandes líderes» que otros pueden dejar de emular por sentirse inútiles al compararse a ellos. Sus proezas serían la vida normal de un cristiano medio en los primeros tres siglos de los del Camino. Ahora son héroes que únicamente surgen en momentos especiales de «avivamiento». Tertuliano dijo en el año 180 que los cristianos eran MAYORÍA en TODAS las ciudades del imperio. A esos cristianos se les conocía como individuos, no como grupos. Su estrategia era básica y demoledora: vivir el sermón del Monte día sí y día también y hacer discípulos que hicieras discípulos que también vivieran como ellos. Simple. Una vez más, es NUESTRA culpa. No de Yah, no de las Escrituras, no de Jesús, ni siquiera de la historia, porque los documentos están ahí disponibles para el que quiera leer. Nuestra culpa. La poseemos. En algún momento decidimos que nuestro mandato era predicar el Evangelio de las 4 leyes espirituales de Bill Bright (el de las 7 esferas). Después, ni siquiera se necesitaba arrepentimiento. En cualquier caso, olvidamos que el bautismo no era una ocurrencia tardía del creyente, sino una muerte y resurrección muy real a una nueva vida en Jesucristo y con Jesucristo. En algún momento nos olvidamos de proclamar que EL Reino de Dios llegará aplastando lo que Satanás ha creado. Vendrá de manera ruidosa, de una manera que nadie se perderá. De una forma aterradora para la mayoría. El Hijo de Dios literalmente rompiendo el firmamento (¿recordamos el significado de esa palabra?) Desde el Cielo arriba, rasgando el cielo azul o nocturno para revelar a todos el trono de nuestro Padre y a Su Hijo con sus ángeles descendiendo a tomar posesión de lo suyo. Elegimos creer a los gnósticos y su basura «espiritual» y olvidamos que nuestro Creador hizo todo para nuestro disfrute y que vio que todo lo que hizo era BUENO, que lo material era bueno, no es un plan B, no es un holograma, no es una emanación de los pensamientos de Dios, no es virtual. La materia, la tierra, lo que hay bajo el cielo, es real y buena y está aquí para renovarse y quedarse. Así que se hizo fácil para nosotros olvidar que se suponía que debíamos mirar hacia adelante y proclamar a todos que Él regresará y que es mejor que se preparen y se arrepientan del pecado o serán aplastados por Él. Olvidamos lo que Abraham estaba esperando. Esa eternidad futura en una tierra renovada que Isaías, David, Zacarías, Malaquías, Pablo y Pedro y muchos otros predicaron y esperaban que pasara después de mil años de Reino prometido a un Israel arrepentido y compungido de corazón por haber sido el aguijón en la carne y madre de todas las Rameras espirituales de esta agotada tierra, que cae enferma según Isaías. Después de que Satanás sea liberado una vez más para atrapar a las naciones con sus mentiras… olvidamos que la esperanza de todos estos hombres de Dios estaba en un cielo nuevo y una tierra nueva. Olvidamos que su esperanza estaba en la Nueva Jerusalén, una ciudad real y asombrosa del tamaño de la mayor parte de Europa, que descendería del cielo y donde Dios moraría con el hombre para siempre. ESO son buenas noticias. Y olvidamos que tenemos el poder, el mandato y la oportunidad de demostrar a un mundo moribundo que nos rodea que este Reino ha estado «cerca» durante dos mil años. Olvidamos que teníamos que sanar a los enfermos y echar fuera demonios para que el hombre nos crea cuando decimos que el Rey viene y que necesitan arrepentirse y creer en ese Evangelio y bautizarse para perdón de sus pecados y ser libres para vivir vidas realmente victoriosas de amor a Dios y a los hombres, incluso a los que les odian. Olvidamos, y es nuestra culpa, y la culpa de nuestros maestros, y la culpa de nuestro pastor y la culpa de nuestros padres … Pero al final del día es mi culpa y es tu culpa. Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos conceda un poco más de tiempo para que podamos obtener suficiente aceite para estar listos cuando Él venga. Ab-out
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